miércoles, 6 de octubre de 2010

The Cranberries puso a saltar al público en el Sambil

Todo comenzó anoche a las 8 pm, cuando los tres integrantes de Atkinson, Wincho, Cadavieco y Erik, aparecieron en una sencilla tarima instalada en el Anfiteatro del Sambil. Para ese momento, ya la gente había logrado entrar luego de sortear tres colas: la del canje de entradas (el concierto de The Cranberries fue reprogramado), la de la entrada y la de la requisa.
Mientras llegaba el momento de ver a Dolores y su gente en acción, el trío venezolano sorteó unos ruidos iniciales en el sonido para rockear durante media hora.
En ese tiempo, le cantaron desde al amor ("¡Qué romántico es comprar en el Sambil!", dijeron) hasta a la vía que conduce a Guarenas, pasando por un tema "dedicado a Venezuela", según dijo el ex Sentimiento Muerto que funge como vocalista. El sencillo habla de cómo llegó la revolución cambiando cosas... y de otras cosas.
Al final de la interpretación, Rafael Cadavieco, el baterista, gritó: "¡Ahora, revócale la concesión al rock, pa...o!", alzando su voz en ese momento más como activista del grupo Somos Radio que como músico. Un tema más sonó con ellos antes de que invitaran a los presentes a comerse un rol de canela mientras esperaban a Cranberries.
Media hora después, volvieron a apagarse las luces y sonó la música. Uno a uno fueron saliendo a escena, al tiempo que volvía la iluminación y dejaba al descubierto un micrófono con su pedestal envuelto con una bufanda de plumas violetas. Tras él, se instaló Dolores O'Riordan al grito de "¡Buenas noches, Venezuela!". Apareció vestida con un sobretodo negro que dejaba al descubierto una falda de vuelos lila y con botas negras.
Desde el principio, la irlandesa interactuó con la gente. Animó al púbico a cantar mientras interpretaba Analyze. Algo que no varió durante toda su aparición.
Contó que había llegado el mismo día a las 6 am. "Finalmente estamos aquí. Estaba cansada. Caminaba dormida. Fui a hotel, dormí un poco y aquí estoy, dispuesta a que la pasemos bien".
A juzgar por la reacción del público, así fue. La gente no paró de cantar ni de apaudirla. Linger, Ode to my family, Dreams, How, Just my imagination (tras la cual se quitó el sobretodo y develó la parte negra de arriba del vestido), Free to decide, Salvation (con un colorido penacho en la cabeza), fueron algunas canciones.
Con Zombie se despidió de mentiritas, a tiempo que sus músicos daban una muestra de virtuosismo sobre un sonido, en ocasiones saturado, que opacó los instrumentos y la voz de la irlandesa.
Volvió a escena, esta vez con un traje largo rojo, que tan pronto fue divisado por el público, comenzaron los comentarios y silbidos a propósito del color del mismo. Tres temas más, entre los que estuvo Shattered, pusieron el punto final.
Visto y oído. Varias personas pasaron "roncha" porque cuando llegaron se encontraron que su puesto estaba ocupado, pues se vendió dos veces el mismo puesto.
Water Brother anunció que para marzo de 2011 traerá la exposición más grande sobre Leonardo Da Vinci y que para mayo del año próximo, la mexicana Julieta Venegas deberá estar nuevamente pisando suelo venezolano.

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